Pensamiento crítico, imprescindible en la era digital

Hoy te traigo mi último artículo Pensamiento crítico, imprescindible en la era digital publicado en El Periòdic. Puedes leer el artículo original en catalán aquí. Y a continuación te dejo la traducción al español:

 

El contexto educativo actual no tiene nada que ver con lo que vivimos nosotros cuando íbamos a la escuela. Los estudiantes hoy en día tienen acceso a todo tipo de información con un par de clics, pueden hacer uso de la inteligencia artificial para preparar las presentaciones de clase, colaborar con los compañeros online o consultar en el ChatGPT lo que no entienden cuando están estudiando. Todo sin necesidad de salir de casa. El mundo entero está a su alcance a través de una pantalla.

Pero, como suele decirse, en Internet “no es oro todo lo que reluce”. A estas alturas de la película no podemos negar que Internet no sólo nos ofrece ventajas y comodidades en nuestro día a día, sino que también nos plantea retos. Uno de ellos es la infoxicación: el exceso de información que recibimos por diversas fuentes y canales.

Este bombardeo constante de noticias de todo tipo nos acaba provocando desazón y desinformación, ya que a menudo resulta complicado discernir lo real de las fake news, así como detectar qué informaciones son contrastadas y cuáles son simples opiniones.

A ello se suman titulares sensacionalistas, eslóganes redactados por auténticos expertos del marketing y noticias que corren como la pólvora a través de WhatsApp o redes sociales. Gurus y opinólogos hablando en calidad de expertos porque han leído un par de publicaciones en Instagram y ya se consideran vacas sagradas en la materia, permitiéndose la libertad de aleccionar al resto, cayendo incluso en algunos casos en el intrusismo laboral.

Para evitar ser manipulados por tanta información que nos llega, necesitamos aprender a distinguir el hecho de la opinión. Saber ver lo que se esconde detrás del mensaje.

En la sociedad actual en la que nos encontramos con tanta sobrecarga de información, el pensamiento crítico es una competencia imprescindible.

Desarrollar un pensamiento crítico implica poner en práctica habilidades como:

  • Analizar la información
  • Buscar datos complementarios
  • Asegurarnos de la fiabilidad de las fuentes
  • Tener la mente abierta
  • Entender que existen distintos puntos de vista
  • Reconocer los puntos fuertes y débiles de una idea
  • Evitar dejarse llevar por prejuicios y estereotipos
  • Actuar de forma crítica
  • Ser capaz de crearnos nuestra propia opinión razonada y contrastada

De la misma manera, es necesario educar a los niños y adolescentes para que sean capaces de distinguir lo que es cierto de lo falso, lo relevante o superficial.

Acumular información y conocimientos ya no es suficiente hoy en día.

Según el informe anual de Randstad Research que analiza las tendencias del mercado laboral, se estima que el 65% de los niños que actualmente estudian Educación Primaria trabajarán en lugares que todavía no existen. El pronóstico es que más allá de las habilidades tecnológicas, en 2030 se demandarán soft skills como el pensamiento crítico, la creatividad, las competencias sociales y la inteligencia emocional. ¿Estarán preparados nuestros hijos para esta realidad? De la educación de hoy, depende el futuro del mañana.

En este sentido, cada vez son más las escuelas que apuestan por incorporar en su proyecto educativo propuestas que permiten al alumnado desarrollar el pensamiento crítico en el aula. Algunos ejemplos son el Aprendizaje Cooperativo, el Aprendizaje Basado en Problemas, el Aprendizaje Servicio y el Design Thinking.
Estas metodologías asociadas a la innovación educativa se basan en un enfoque competencial, fomentando la participación y autonomía del alumno. Dan espacio a la reflexión, análisis, comprensión y construcción del conocimiento, en lugar de centrarse únicamente en la memorización y creencia a ciegas.

Introduciendo estas metodologías activas en el aula fomentamos que los niños aprendan a reflexionar, plantearse preguntas, resolver problemas y tomar decisiones. A su vez, los estudiantes desarrollan otras muchas habilidades, también conocidas como soft skills, como son la curiosidad, la capacidad de negociación, la flexibilidad y adaptación al cambio, la creatividad o la empatía. Son destrezas que van más allá de los conocimientos técnicos y que preparan para el mundo laboral del futuro.

Pero no podemos dejar todo el trabajo en manos de la escuela. Desde casa también podemos potenciar estas habilidades, por ejemplo:

  • Ofrecer juegos que fomenten el pensamiento lógico
  • Educarlos en inteligencia emocional para que sean capaces de entender y gestionar sus propias emociones, así como comprender y respetar las de los demás
  • Educar en valores
  • Fomentar la reflexión antes de decir o hacer cualquier cosa
  • Favorecer su autonomía
  • Evitar la sobreprotección
  • Fomentar el hábito lector y el gusto por el trabajo bien hecho, etc.

Es hora de replantearnos si estamos preparando a nuestros hijos por el mundo en el que vivirán. ¿Queremos niños resolutivos, con valores, pensamiento crítico, resilientes e inteligentes emocionalmente? ¿O seguimos queriendo hijos que nos obedezcan a ciegas y no nos lleven la contraria para hacernos la vida más fácil a nosotros, los adultos?

Lo que se les dé a los niños, los niños darán a la sociedad. (Karl A. Menninger)

Pensamiento crítico, imprescindible en la era digital - cristic.com

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2023-07-31T07:58:50+01:00

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